No hay tal separación. No hay tal neutralidad.

 

    “Desde que me cortaron del cañaveral, mi lamento ha hecho llorar a hombres y mujeres.
 Yo quiero un pecho desgarrado por la separación, para poder hablarle del dolor del anhelo. Todo el que se ha alejado de su origen, anhela el instante de la unión.”  
Yalāl ad-Dīn Muhammad Rûmî


La historia de un avión con personas y explosivos, que colisiona con edificios donde hay personas, es atroz, es una historia de terror. La historia de unos terroristas que sitian varios lugares de un país) para cometer toda serie de vejámenes en contra de la humanidad de cerca de mil personas, es atroz. Y lo que escribiré nada tiene que ver con descalificar esto de terrorismo, ni voy a hacer una análisis de un conflicto del que no soy experta.  

Hay una historia de exilio en mi familia, esas historias de las que no se habla, un secreto de esos que logran mantenerse en el tiempo, gracias a una lealtad hacia el linaje masculino. Tengo una raíz que viene del Maghreb. Mis platos favoritos, mis sonidos favoritos y la estética que más me deslumbra, viene de allí, hace parte de los misticismos que envuelven mi vida, pero hay otro misticismo más profundo, y es el amor que le profeso a una niña que hace siete años di a luz, esa niña es de ascendencia judía. 

Con esta introducción tan personal, quiero referir que no puedo estar a favor de un pueblo y en contra del otro. 

… 

 Hace 22 años, en septiembre de 2001, empecé a hacer para la clase de ciencias sociales un álbum de noticias sobre la guerra en Afganistán, posterior al atentado en las Torres Gemelas. Todos los días reportaba cómo sucedía la guerra, recuerdo noticias sobre bombardeos, descripción de aviones de guerra, misiles, éxodos, muertes… todo en territorio Afgano. 

Hace nueve días, después del ataque de Hamás, el gobierno Israel le declara la guerra al pueblo de Palestina y desde entonces cada día el mundo es testigo de una serie de imágenes que parecen sacadas de los libros más oscuros de la humanidad. La tragedia se cuela en nuestro subconsciente y cada quien está lidiando con ella como puede, incluso desde la indiferencia. 

Un día después del 7 de octubre, así como un día después del 11 de septiembre (2001), la guerra fue declarada, por un país invasor, hacia otro que ya venía siendo ocupado y la guerra sucedió en la tierra del país ocupado; un país en desventaja militar, económica y política. 
Pero esto no es nuevo, esta es la forma en que se ha organizado la geopolítica mundial, hay una guerra permanente, cubierta con un velo de una pseudo paz como lo llamaría Foucault, “la guerra será entonces opaca, imperceptible, silenciosa (…) amenazando con hacerse visible de nuevo, con regresar y hacerse presente en la sociedad cuando cambien las relaciones de fuerzas y las tensiones sociales en un espacio determinado." (Foucault, 1976, pp. 39) 

La guerra no sucedió en New York sucedió en Kabul 
La guerra no sucedió en Tel Aviv, está sucediendo en Gaza
¿Por qué?

Porque las relaciones entre naciones no son equilibradas, porque las relaciones de poder configuran un orden. Es evidente la relación de inequidad existente entre el Norte y el Sur Global. 

Ayer el presidente de Colombia hizo una incendiaria publicación en sus redes sociales, brindando apoyo a la nación palestina y reiterando su postura en contra de la acción genocida del gobierno de Israel.  Contemplé un buen rato su discurso, no porque sienta propias las palabras suyas; contemplo el valor que tiene este hombre, hace política con el corazón y eso no resulta estratégico – estratégico o diplomático para los gobiernos latinoamericanos significa, no hacer disgustar a los gobernantes de las naciones poderosas – pero qué clase de agallas que tiene, aquellas que solo conoce un ex militante de una guerrilla como el M-19, un estudiante de la ciudad que dejó su privilegio para irse al monte y vivir, lo que muchos solo conocemos por historias cercanas o lejanas: La guerra en la Colombia rural. Hay que tener valor para enfrentarse a la oligarquía y sus mafias amigas, quienes exterminaron partidos políticos enteros, como la UP, pero, aún más valentía hay que tener para enfrentarse  (mostrar la soberanía o los colmillos)a los poderosos del planeta. Seguro hay un punto en el que la valentía se confunde con imprudencia. Por lo pronto el gobierno de Israel se enojó e hizo su “reprimenda” – qué palabra tan horrible –, retirando su apoyo a Colombia, según se estima son USD 10 millones en sistema de defensa aérea y otros sistemas de seguridad y vigilancia. 

El tema es que por las posturas del presidente Gustavo Petro, han llovido críticas de la oposición, dicen que es la resurrección de Hugo Chávez, por fortuna no saben de Lenin y de Mao Tse Tung porque estarían confundidos sin saber cuál fantasma es el que nuestro presidente tiene adentro. Equiparan el hecho de abogar por el pueblo palestino como estar a favor de Hamás y ser antisemita. Hoy en Colombia, gran parte de la opinión pública está dedicada a generar más división, alimentando la creencia de que hay dos bandos, los buenos y los malos, los que tienen la razón y los terroristas; cuando lo que hay son dos pueblos sufriendo (uno durante un día, otro durante varios días) sufriendo la guerra. 

En mis fantasías más trágicas, me imagino que no fue Hamás y no fue Israel: 

// Fue un grupo insurgente de mi país  // armado hasta los dientes, seguramente por los carteles de droga. // Atentaron en territorio extranjero a ciudadanos del Primer Mundo. // Su gobierno decide reestablecer el orden y la seguridad. // Bombardean nuestras montañas, allí donde se cultiva coca // Tienen un equipo bélico insuperable. //  Desocupan los territorios, la gente se muere, la gente huye // Nuestras montañas, selvas, mares, valles, ríos, páramos, nevados, volcanes, desiertos a merced del capital. 

que fue las disidencias de las FARC EP las que atentaron contra ciudadanos de un país rico, y por eso le declaran la guerra a nuestro territorio. 

No es gobierno de Israel igual al pueblo judío. 
No es Hamás igual al pueblo palestino. 
No somos antisemitas 
No somos socialistas 
No somos terroristas
Por exigir el cese al genocidio en Palestina, 
Por exigir que se respeten los acuerdos del DIH

Lo que soy, al menos yo,
lo suficiente descolonizada para defender la soberanía de mi país y de mi gobierno, 
no por ser del sur del planeta debemos ser testigos silenciosos de una guerra injusta. 
Soy lo suficientemente descolonizada como para orar cada mañana por ambos pueblos, el judío y el palestino. 

Hace un mes me estremeció una obra dramatúrgica de Wajdi Mouawad, una historia de amor entre un judío y una mujer de ascendencia árabe, la desaprobación del padre judío, que en realidad nació siendo un niño palestino, un atentado en el puente, el estallido de la guerra entre ambos mundos y la decisión de ella, de Wahida:
“No porque nos separemos, nos separamos” 

No hay tal separación. 



Comentarios

  1. Resulta reconfortante leer estas líneas en tiempos tan turbulentos. Gracias por el llamado a la razón.

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